Contenuti:
Tácito: Boudica saquea Londinium; Anales Anónimo: Grafitis romanos y un poema sajón Beda el Venerable: Londres rechaza el cristianismo; Historia ecclesiastica gentis Anglorum Anónimo: Londres rechaza el cristianismo Snorri Sturluson: El rey Olaf destruye el puente de Londres; Heimskringla Washington Irving: La abadía de Westminster; Libro de apuntes de Geoffrey Crayon Justin McCarthy: Una generación de categrales; De Charing Cross a San Pablo John Evelyn: El smog de Londres; Fumifugium John Macky y César de Saussure: Cafeterías; Correspondencia privada Samuel Pepys: Diario de un año de plaga; Diario John Evelyn: El gran incendio de Londres; Diario Daniel Defoe: Wren reconstruye la catedral de San Pablo; Un viaje por toda la isla de Gran Bretaña James Boswell: Un libertino en la ciudad; Diario de Londres Antonio Ponz: Un español en el Londres del siglo XVIII; Viaje fuera de España William Hepworth Dixon: La Torre de Londres; La torre de Su Majestad Lord Byron: La visión de Londres de lord Byron; Don Juan Joseph Hatton: Los clubes privados de Londres; Clubes de Londres y provincias Jane Austen: La temporada: la fiesta de Jane Austen Edmundo de Amicis: La inmensidad de los muelles; Recuerdos de Londres Charles Dickens: El pasado de Londres, Asociaciones históricas Charlotte Brontë: Una visita a la Gran Exposición Universal, 7 de junio de 1851 Fiódor Dostoyevski: Prostitutas en Haymarket; Notas de invierno sobre impresiones de verano John Ashton: Hyde Park; Hyde Park desde el censo de Domesday a la actualidad Oscar Wilde: Londres al amanecer; El crimen de lord Arthur Savile Francis Watt: La mejor calle de Londres; Piccadilly Oscar Wilde: Dorian Gray en un fumadero de opio; El retrato de Dorian Gray Anónimo: En un fumadero de opio del este de Londres Théophile Gautier: Una ciudad de ladrillos y cielo lechoso; Un día en Londres Henry James: En casa de William Morris; Carta a su hermana Alice Paul Verlaine y Arthur Rimbaud: Buscando trabajo en Londres; Anuncios en la prensa Philip Gilbert Hamerton: Londres, una nación; La gente del abismo Percy Fitzgerald: El parlamento; Londres pintoresco Mark Twain: Un yanqui en albornoz; Autobiografía de Mark Twain Joseph Conrad: El Támesis; El espejo del mar Jack London: La vida en las calles de Londres; La gente del abismo Henry James: En el museo de Sir John Soane; Una vida londinense Saki: James Cushat-Prinkly aborrece la hora del té; Té Natsume Soseki: La ciudad de las tentaciones; Cartas G.K. Chesterton: Una estación y dos ciudades; La estación de King s Cross y Un ensayo sobre dos ciudades Rudyard Kipling: Siete reglas para vivir en Londres; Carta a Elsie D.H. Lawrence: Parliament Hill; Parliament Hill al anochecer Carlos, príncipe de Gales: Esa cúpula familiar; Discurso
Dalla quarta di copertina:
Tácito fue el primer gran escritor en mencionar Londres y, desde entonces, muchos otros grandes creadores nos han dejado sus impresiones de la ciudad. En este libro Dostoyevski y Boswell nos acompañan por los bajos fondos londinenses, mientras que Dickens, De Amicis, London o Kipling nos hacen de guías y nos dan consejos para manejarnos en la capital de Inglaterra. Otros, como Beda el Venerable, John Evelyn o Samuel Pepys nos cuentan cómo la ciudad superó pestes, incendios e invasiones, mientras que Soseki, Rimbaud o Verlaine ilustran que no es fácil vivir en Londres si no se dispone de dinero. Jane Austen, Mark Twain o Charlotte Brontë son sólo algunos más de los muchos autores que contribuyen a esta guía, que cuenta también con deliciosos grabados que permiten al lector ver lo que es y también lo que fue. Imprescindible como complemento a una guía tradicional, la Guía literaria de Londres nos permite disfrutar de un triple viaje: en el espacio, hacia los monumentos londinenses; en el tiempo, hacia otras épocas y sensibilidades; y en el espíritu, hacia algunas de las mentes más creativas, divertidas y magníficas que ha dado la Literatura universal.
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